Críptica Emoción

¿Cuántas emociones violentas puede recibir un anciano? Un nuevo homenaje a Sábato, y van miles, pero el viejo hijo de puta no se muere, resiste estóico los embates de sus melancólicos asesinos emocionales.
-¡Venga Don, mire el homenaje que le hemos hecho!¡Llore por favor!¡Llore! Muérase en este homenaje, ¡denos el gusto!
-Es que no puedo más... tengo 90 años -solloza el anciano-
-Vamos, que le cuesta, muérase aquí, en el jardín que lo vio crecer. No lo haga en el próximo homenaje que es en la casa del obstetra que lo trajo al mundo; aquí Ud. pasó su infancia.
-¡Pero todavía no es mi hora, arpías! -el viejo lagrimea-
-¡¡Miren!!¡¡Le cae una lágrima!! Misión cumplida.

¡Niños y ancianos primero! Grito incolumne que sigue firme la TV local.
Cuando uno observa el amplio muestreo de protopederastas que se pavonea por nuestra pantalla o los ejemplificados asesinos melancólicos uno no puede dejar de pensar en lo bajo que es ese mundillo y no puede no referirse a personajes como Santo Biasati, Tinelli o el mismo Maradona.
El motivo de lo escrito viene justamente a raíz de esto. Mi teoría es que el Diez conjuga perfectamente su megalomanía con su odio al padre, quien recordemos le pegaba. ¿Qué mejor que hacer cambiar al anciano la guitarra por el arpa en tu propio programa? Como en las canchas, el Diego nos está sorprendiendo con otra jugada magistral y mostrándole a los productores-Pelés incrédulos de la tele cómo se hace raiting en serio.
(En la foto, Sábato aguanta a pesar de los gritos de los escolares que a coro vociferaban "¡qué se muera, qué se muera, olé olé", un encanto)

Símbolo de la ¿Paz?

Cinco palomas en un cable de luz en una intersección de una esquina de un barrio residencial. Observan, inquisidoras recolectan detalles del genero humano. Juntas sacan sus conclusiones... ya están listas para conquistar el mundo.
Contempladlas, esa mirada asesina, cansadas de vivir de la limosna de ancianos en las plazas. Quizás sea el complejo de no poder independizar el movimiento de su cabeza con el del resto de su cuerpo, quién sabe.
Dicen que Sarmiento fue quien las introdujo en Argentina. Ese viejo que ya la había cagado con la enseñanza obligatoria y con su 'ejemplo' tantas veces relatado por madres y abuelas nos legó también esta plaga.
Pero como el objetivo de este blog no es plantear críticas absurdas y no proponer soluciones, aquí van algunas:
-Organizar comandos de halcones y chimangos,
-Hacer un gran estofado, oya popular con todas las palomas de Plaza de Mayo,
-Ofrecer una recompensa a los ancianos que alimentan palomas para cambiar los panes por perdigones.
Quizás estas medidas resulten algo drásticas pero vamos, ¿quién no ha sido sorprendido desde lo alto por un sedimentoso proyectil?¿Quién no ha tenido que recurrir a frases como "es buena suerte" mordiéndose los labios? (frase siempre de último recurso)¿O acaso nunca, Tú, lector, que caminando una paloma ora levanta a las alturas a escasos pasos de ti, ora te golpea, ora practica vuelo rasante por tus cercanías? Vamos, hagamos un esfuerzo entre todos, por un mundo mejor sin palomas.

Sin miedo, sin culpa. Cualquiera de la grilla puede ser eliminada sin piedad.

San Termo

Quien haya ido a San Telmo estará de acuerdo conmigo. Aparte de ser ese un lugar repleto de crónicos que van a escuchar a Atilio Amir y los de Joaquín a bares oscuros y mohosos es el centro de la mayor colección de baratijas y juguetes para los amantes del fetiche peronista.
Negocios y negocios de recuerdos de la abuela. Más de una Nona habrá visto como maleantes o sus herederos (o sus maleantes herederos) vaciaban sus casas para venderlas por pieza en estos lugares. Salvando alguna casa de discos, la melancolía a la orden del día.
Se me ocurren opciones para distintos slogans del gobierno de la ciudad:
-"San Telmo, donde una casa arruinada es melancólica poesía"
-"San Telmo, donde las baratijas Kitch son caras"
-"San Telmo, donde buscar la cajita de música que le rompiste a la Nona"

Evolución

La parte de La Nación que más valor le agrega al diario (y así lo fue desde que memoria tengo) es la última página, la de los chistes. El 90% de los chistes siempre fueron malos. Partiendo de el humor para abuelas de Nick, pasando por el mediocre Quintín hasta los melosos enredos de Trudy.
Sin embargo, un 10% hace que siempre que veo un ejemplar manotee el suplemento espectáculos.
En mis tiempos mozos, fanático era de Calvin & Hobbes, la historia mínima de un niño de 6 años y su tigre de peluche. Fascinado siempre por la simpleza y por la habilidad de reírse de situaciones pequeñas y cotidianas.

Ahora es Liniers sobre quien se centran mis ojos. La misma simpleza con una surrealista comicidad diaria.

Afortunadamente no cambié mucho. Es de esas pocas cosas en las cuales me siento bien de seguir siendo el mismo desde que era un niño.

Tim, you did it again

Otra nueva entrega de Burton. Los elogios son los clásicos: espectáculo visual, imaginación ilimitada del autor, temas recurrentes y actores fetiches. Completamente efectivo (y bueno a la vez).
Ahora bien: ¿qué le pasa a Burton? Está metiendo humor en sus películas, ¡y en cantidad! El prozac deja su mella en el querido Tim.

PS: los oompa-loompas son mini-Duhaldes.